En 1962, cuando fundó su empresa y se casó con un médico, las mujeres entre otras cosas no podían abrir una cuenta bancaria sin el permiso de su marido
Sin pretenderlo, Shirley fue una feminista adelantada y una mujer comprometida consigo mismo. En 1963 nació si hijo Giles, que a los dos años dejó de hablar y le diagnosticaron autismo. Veintitrés años después creó Shirley Foundation, y su fin es la financiación de investigación del Parkinson.
De esta forma Shirley centró su vida pública en su siguiente sueño: que los trabajadores se convirtiesen en propietarios de la Compañía, imitando a la de John Lewis, le llevó once años hacerlo, y en 1993, entregó la mayoría de participación al personal. Según sus propias palabras “Fue su mayor acto de filantropía, hizo millonarios a 70 empleados y fue para ella un sentimiento increíble”.
Ya en esa época, la empresa había cambiado el rumbo de su actividad a consultoría de negocios y tecnología. Llegó a ser la la undécima mujer más rica del mundo y después de años de duro trabajo, le causaba pudor ver acrecentar su patrimonio sin apenas hacer nada. Por este motivo fundó la Shirley Foundation para todos los niños como su hijo que necesitaban dinero para su manutención.
En 1998 de nuevo su vida dio un giro, su hijo Giles falleció por un episodio epiléptico severo, a partir de aquí su sentido de la vida es ayudar con las tres organizaciones benéficas que posee y haber donado cerca de 70 millones de libras. su de trabajo, no lo hizo desde una visión feminista, sino tratando de hacer la vida laboral más fácil y cómoda, relata a sus 85 años en una entrevista concedida Zoé Beaty del “Telegraph”.
Ha visto como su empresa primitiva Freelance Programmers, posteriormente F1, y ha llegado a alcanzar ya como multinacional una valoración de tres billones de dólares, y 8.500 empleados.