Con la llegada del Covid-19, hemos observado la importancia que tiene en nuestras vidas el transporte, como parte del esqueleto económico de nuestro país. Como servicio esencial, ha sido el responsable del suministro de los productos básicos de farmacia y alimentación, reivindicando así el protagonismo para el usuario.
El transporte se dirige hacia rutas más sostenibles
En estos momentos se necesitan en el entorno de cien mil conductores en todo el mercado de la Unión Europea. Las nuevas generaciones no les atrae esta profesión ante las duras condiciones de vida, aunque está cambiando gracias a empresas que al igual que apuestan por las nuevas tecnologías y fuentes de energías alternativas, también comienzan a gestionar de forma más sostenible al implantar relevos de conductores. El objetivo que se persigue es mejorar sus condiciones laborales para que puedan volver a su casa en el mismo día, gracias a los relevos.
Esta forma de trabajo ayuda a reducir los accidentes de tráfico y los conductores pueden dormir en sus casas prácticamente a diario. Las nuevas tecnologías están implantadas en casi todos los vehículos desde hace tiempo, con lo cual facilita en tiempo real la situación del vehículo en su ruta y las incidencias que pueda tener en su trayecto.
Respecto a la sostenibilidad medioambiental, cada vez se está más concienciado en el sector con el cuidado del medio ambiente. Por este motivo, en el futuro cercano los camiones de transporte utilizarán energías alternativas como gas o electricidad. La utilización de gas puede suponer una reducción del 75% de las emisiones de CO2, que significa 1.400 toneladas, si comparamos con el diésel de ahorro en gases de efecto invernadero que no se liberan en la atmósfera. De las emisiones que generan los camiones el 98% se debe al carburante que utilizan.
En este nuevo tipo de vehículos el sistema de relevos es importante, para su rentabilidad, ya que se necesita hacer más kilómetros con el mismo vehículo, siendo los relevos clave para las largas distancias.