Los menores de 30 años, ya no tienen posibilidad de comprar ni alquilar una vivienda
La emancipación para una sola persona menor de 30 años, con su única fuente de ingresos se ha vuelto inalcanzable. Este segmento de población observa como la subida del precio de la vivienda, es cada día más difícil llegar a ella. Para estos menores el inconveniente radica en el porcentaje de ingresos que deben destinar para el acceso a la vivienda y que la cifra recomendable no debe superar el 30% .
Según datos actuales, en el caso de asalariados en solitario al apartado alquiler destinan casi un 89% de sus ingresos y en el supuesto de adquisición un 61%. La radiografía de los datos no puede ser más deprimente. La precariedad laboral, los bajos salarios y los elevados precios de los inmuebles están dejando fuera a este colectivo que cada día se vuelve más vulnerable.
Gracias a la ayuda familiar una parte de estos jóvenes consiguen independizarse, ya que de otra forma no tendrían posibilidad. Las donaciones,cesiones o alquileres por debajo del precio de mercado, se ha convertido en un hecho interesante para acceder a la vivienda y son los abuelos y padres los que lo facilitan. Como dato contrastado según el INE, en 2008 este dato suponía el 8,7%, en cambio en 2017, los jóvenes formados que residían en una vivienda cedida, alcanzaba ya el 21,5%.
A estos datos hay que tener en cuenta que no es la única ayuda, ya que cuatro de cada diez tienen apoyo familiar,ya sea para la compra o actuando de avalista, incluso realizando un préstamo a bajo o sin interés. De otra manera sería imposible hacer frente en solitario a subidas de precios del 10 al 20% anual. Además que para la compra de una vivienda de 150.000 euros, debe tener ahorrado más de 50,000 euros, y por último, el 36% de los jóvenes necesitaría financiar más del 80% del precio de adquisición de la vivienda.