No a la venta online y tiendas físicas de bajo coste
La compañía irlandesa de ropa, tiene su propia filosofía de negocio frente al resto de “retailers”, mundiales. Ni las durísimas consecuencias económicas que ha provocado la pandemia le ha hecho cambiar su criterio.
El año 2020 fue el más negro de la historia para el comercio a nivel global, muchos meses las tiendas permanecieron cerradas sin posibilidad de ingresos. La mayor parte de las empresas soportaron el cierre gracias a las ventas desde sus páginas web, que dispararon su crecimiento de forma nunca vista.
Todas menos una de las grandes: Primark. George Weston director ejecutivo de Associated Brithish Foods, propietaria de la multinacional de ropa, afirmaba que las decisiones se tomarán en su propio contexto, no debido a una pandemia que se produce cada cien años. Según su director financiero John Bason, declaró a Bloomberg que “la razón por la que no tenemos entrega a domicilio es porque no ganaríamos dinero con eso y nadie más lo hace tampoco”. Perder ventas durante el cierre no significa tomar decisiones sobre el cambio de negocio ganador. Algo que no comparten sus competidores directos como Inditex o H&M.
Su estrategia mundial es reforzar las 370 tiendas que tiene en 12 países, puede ser una estrategia de consolidación de marca a largo plazo donde prefiera tener la confianza de sus clientes, y a la vez valorar las experiencias de su competencia para afrontar su gran reto digital que, más pronto que tarde le tocará asumir.
La política de refuerzo de tiendas físicas no parece que le esté dando resultados positivos, ya que sus ventas cayeron un 25%, hasta los casi 6.000 millones de libras y su beneficio cayó nada menos que un 60%, hasta los 362 millones de libras. Su negativa a la digitalización, crea confusión entre sus clientes que no ven lógica su postura, de ahí que hasta que la confianza por entrar a una gran superficie se recupere, sus beneficios continuarán en cifras bajas.